ZAMBA
Jaime Dávalos; Eduardo Falú
Pídele al viento firmeza
y al río que vuelva atrás:
no me pidas que me quede
si toda mi vida contigo se va.
Llora en la tarde el lucero
y en el silencio sin fin
por los profundos sauzales
desangra llorando su canto el crespín.
Yo te pido que nunca me tengas piedad
envenename de amor,
dame a beber en tus ojos
dos tragos de sombra de tu corazón.
Cuando me voy de tu lado
crece en la ausencia el amor
y en la distancia comprendo:
no tiene sentido la vida sin vos.
Y si me miro en tus ojos
siento en el alma crecer
una frescura de trébol
que moja el rocío del amanecer.
Yo te pido que nunca me tengas piedad
envenename de amor,
dame a beber en tus ojos
dos tragos de sombra de tu corazón.
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martes, 12 de agosto de 2008
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Datos personales

- Irene
- Andaluza de Guadix (Granada), aficionada al folclore argentino, al flamenco, a la tierra y a las palabras.
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